ARQUITECTOS IMPORTANTES
CARLOS MADERNO
GIAN LORENZO BERNINI
Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598-Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
FRANCESCO BORROMINI
(1556-1620) es el autor más representativo de la transición del manierismo al barroco, trabaja principalmente para el Vaticano. Sus obras principales son, primero, la fachada de la Iglesia de Santa Susana, inspirada en la del Gesú; y, segundo, la sistematización de la basílica de San Pedro, en la que adopta la planta de cruz latina con capillas laterales, y a la que agrega una fachada con grandes columnas rematada en un frontón sobre la puerta y ático con balaustrada y estatuas.
Perteneciente a una familia de canteros, se formó con su tío Domenico Fontana, en Roma, como cantero y estucador.
Su primera obra importante es la fachada de Santa Susana, realizada entre 1595 y 1603, en la que se utiliza el modelo de la fachada de la Iglesia del Gesù de Giacomo della Porta, aunque introduce una mayor volumetría que acentúa el claroscuro, precedente directo de lo que se hará en el barroco.
Bajo el pontificado de Paulo V, gana el concurso para la conclusión de la Basílica de San Pedro del Vaticano, en la que plantea, para dar una mayor cabida a los fieles, transformar el proyecto de Miguel Ángel de planta de cruz griega centralizada en una planta de cruz latina, longitudinal. La solución de Maderno debía ser un compromiso que no alterara el concepto fundamental planteado por Miguel Ángel, la cúpula, como elemento dominante y organizador del espacio, así al levantar la monumental fachada, esta se desarrolla en la medida de lo posible longitudinalmente y no en altura, pese a su gran monumentalidad.
La cúpula de Miguel Ángel, en cualquier caso queda desplazada hacia el fondo, debido a los nuevos volúmenes introducidos. Sin embargo, está reconocido el mérito de Maderno al haber obrado con un gran respeto por la obra de Miguel Ángel, y haber articulado el edificio, con todos los condicionantes que se le planteaban, teniendo muy en cuenta el espacio que lo precedía y preparando la gran solución urbanística dada por Bernini para la plaza.
GIAN LORENZO BERNINI
Fue escultor, pintor, decorador, urbanista y arquitecto, y recibió una educación jesuita que sirvió para utilizar su obra como el reflejo ideal del poder de la Iglesia. Fue el principal artista y arquitecto del Papado. Utilizó los más ricos materiales y a él se le debe gran parte del aspecto monumental de la Roma de la época.
Entre sus obras más destacadas:
- Baldaquino de San Pedro (un encargo de Urbano VII, donde usó las famosas columnas salomónicas –recuerdo del templo de Salomón-, ubicado sobre la tumba del apóstol)
- Palacio Barberini (Bernini construyó el cuerpo central y dos alas que avanzan a ambos lados)
- San Andrés del Quirinal (considerada como la obra maestra del autor. Tiene planta elíptica, en el exterior, el edificio está enmarcado por una pantalla mural cóncava de dos brazos, en cuyo centro surge un elegante pórtico convexo con entablamento curvo y volutas que sostienen el escudo de la familia papal)
- Plaza de San Pedro del Vaticano (la gran columnata con que Bernini cerró la Plaza es espectacular y está concebida, simbólicamente, como un gran acceso a la Iglesia que se abre dinámicamente a la ciudad, que abraza a los peregrinos que acuden a la bendición papal del Urbi et Orbi.
Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598-Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
Bernini poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar unos intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten una magnífica grandeza. Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuera considerado un digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos y especialmente de sus grandes rivales, Alessandro Algardi y Francesco Borromini. Su talento se extendió más allá de la escultura y fue capaz de sintetizar de manera brillante la escultura con la pintura y la arquitectura en un todo conceptual y visual coherente. Hombre profundamente religioso que puso su arte al servicio de la Contrarreforma, Bernini empleó la luz como un destacado recurso metafórico que completa sus obras, en ocasiones con puntos de iluminación invisibles que intensifican el foco de la adoración religiosa o amplifican el dramatismo de la narrativa escultórica.
Bernini fue también uno de los mejores arquitectos del barroco romano, junto con sus contemporáneos Francesco Borromini y Pietro da Cortona. Al principio de sus carreras, todos trabajaron en el Palacio Barberini, pero después compitieron por los encargos de grandes obras y desarrollaron una feroz rivalidad, particularmente Bernini y Borromini. A pesar de la indiscutible calidad de Borromini y Da Cortona, Bernini gozó del favor de los papas Urbano VIII (1623–44) y Alejandro VII (1655–65) y por tanto se aseguró el proyecto más importante de la Roma de su tiempo, la basílica de San Pedro del Vaticano. El diseño de la Plaza de San Pedro que se abre ante la basílica es uno de sus proyectos arquitectónicos más innovadores y alabados.
Durante su extensa carrera, Bernini recibió numerosos encargos de gran relevancia, varios de ellos por parte del papado. A temprana edad llamó la atención del cardenal nepote Scipione Caffarelli Borghese, sobrino del Papa, y en 1621, con sólo 23 años, fue nombrado caballero por el Papa Gregorio XV. Realizó las obras más destacadas durante el pontificado de Urbano VIII y aunque no tuvo tanta preeminencia durante Inocencio X, volvió a gozar del favor de los pontífices Alejandro VII y Clemente IX.
La reputación del legado de Bernini disminuyó durante el Neoclasicismo, que despreciaba el arte barroco. Hubo que esperar hasta el siglo XIX para que, durante la búsqueda de una comprensión del contexto en el que trabajó Bernini, se reconocieran sus logros artísticos y se restaurara su reputación. En opinión del historiador del arte Howard Hibbard, durante el siglo XVII «no hubo escultores o arquitectos comparables a Bernini».
FRANCESCO BORROMINI
BORROMINI es otro de los grandes arquitectos del Barroco lleno de ideas nuevas que colaboró con Bernini y que realizó diversos trabajos para órdenes religiosas. No tuvo los medios de que dispuso el anterior y sus obras son más modestas y reducidas.
Su fantasía fue evidente: inventó las fachadas onduladas, los frisos y tímpanos curvos y serpenteantes, los frontones partidos y cúpulas y plantas muy extrañas.
Utilizó materiales más pobres que Bernini, como ladrillo y estuco, debido al menor poder económico de sus clientes, pero también buscando su ductilidad. Esto le permite mayor libertad y fantasía rompiendo con el sentido clásico de Bernini.
Nació en Bissone, cantón del Tesino (Suiza),2 hijo del cantero Giovanni Domenico Castelli y de Anastasia Garovo. Inició su carrera ayudando en la cantera a su padre, pero pronto se trasladó a Milán para estudiar y perfeccionarse. Allí se lo empezó a llamar con el sobrenombre de Bessone, en alusión a su pueblo natal, ubicado cerca de Lugano, en la región de lengua italiana de Suiza. Francesco trabajó en las obras del "duomo", la catedral de Milán.
En 1619 llega a Roma, donde cambia su apellido de Castelli a Borromini, y comienza a trabajar para su pariente lejano, Carlo Maderno en las obras de la Basílica de San Pedro. A la muerte de Maderno en 1629 se une al equipo de Gian Lorenzo Bernini en los trabajos de ampliación y refacción de la fachada del Palazzo Barberini.
Borromini trabaja allí como asistente de Bernini, pero luego de unos pocos años se produce entre ambos una enemistad que duraría toda la vida.
Durante el pontificado de Inocencio X (1644-1655) , gana la confianza del Papa, lo que le permite desplazar a su eterno rival en el puesto de arquitecto principal de Roma. Sin embargo, con el siguiente Papa, Alejandro VII (1655-1657) nuevamente renace la estrella de Bernini, acrecentando el enfrentamiento entre ambos arquitectos. A partir de allí Borromini se dedica a completar los interiores de la iglesia de Sant'Ivo alla Sapienza, de la actual Universidad romana, y a los trabajos en San Juan de Letrán. Adicionalmente, completa el basamento de la fachada de su primera obra independiente, la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane en el Quirinal. La galería de Borromini en el Palazzo Spada juega con la perspectiva de tal manera que se va encogiendo, lo que la hace parecer más larga de lo que es.
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